Las palabras son de todos, el encuentro, solo de uno,esto pasó- cuenta el Dante-con Paolo y Francesca.
Leian juntos aventuras de amor, palabras acerca de palabras, historias, novelas. Entretanto se enamoraban.
Cuando el amor estalló, se les cayó el libro y dejaron de leer. No requerian mas de palabras…Las palabras están cuando nosotros no estamos.
Amo esa incertidumbre que inspiras, esa parte que te guardas como tuya.
Cuanta sabiduría hay en el silencio, solo que vivimos en un mundo de palabras y si no estan las exigimos, no importa cuanta vanidad, vacio venga con ellas, lo unico que queremos es que nos hablen, que me hables.
Hablabamos de la vida, de su pasajeridad, pero en medio de las palabras te encontré y descubrí que eras eterno, que despertabas en mi una necesidad de eternidad, de trascendencia, así es el amor, te eleva a otra dimensión del ser, la vida no es un trampolín hacia la muerte, aunque con cada respiro, todos nos estemos muriendo.
Cuando la noche comenzó a caer, Neruda hablo de eternidad.
-En medio de la tierra apartaré las esmeraldas para divisarte, y tu estarás copiando las espigas con una pluma de agua mensajera.Que mundo!Que profundo perejil!Que nave, navegando en la dulzura!Y tu tal vez, y yo tal vez, topacio!Ya no habrá división en las campanas.Ya no habrá sino todo el aire libre, las manzanas llevadas por el viento,el suculento libro en la enramada,Y allí donde respiran los claveles, fundaremos un traje que resista, la eternidad de un beso victorioso.El amor de desviste de tiempo, el amor no conoce de noches ni de distancias, el irrumpe en nuestras vidas prolijamente armadas y nos despoja de todo protocolo, de todo “ asi debe ser”, para expresarse como el quiere y se deshace del libreto y nos enseña un nuevo camino.
Recuerdo aquel día en que mis ojos te descubrieron, algo en mi, sabia que eras tu, , te habia soñado, te habia conocido de antes … fuiste aquella luna que alumbraba en las noches estrelladas o ese olor azul que desprenden las tardes de verano o tal vez ese escalofrio que subia por mi espalda una mañana de invierno en la que tu vida no estaba en mis planes, me rodeaste todo el tiempo, pero yo no lo sabia, te metiste en mis oidos cuando te convertiste en canción, o quizas cuando fuiste palabra, palabra que escribió otro, pero te ví, y mi vida se llenó de flores.
