Es la incertidumbre en medio de este lunes tibio, la que reina en las paredes de mi alma.
El miedo a no volver a verte el que se disfraza de sonrisa.
Puedo caminar sin que nadie lo note.
Puedo hasta intentar creer que nunca te he visto.
Que la vida no se parece a tus besos…
Pero la apretada angustia que llevo escondida en el pecho aflora
y el misterio de tus ojos vuelve a embriagar mi sangre.
¿Quién eres?
Que de la nada apareces imponiendo tu mandato de tierra en mis huesos.
¿Quién eres?
Que en tu lengua se resumen mediodías quemantes de las mil vidas que he vivido.
¿Es que para siempre te ocultará el horizonte?
Ay! Es una raíz la tristeza que sube de la tierra para abrazarme en su dolor,
para ahogar mis sueños.
Y te espero…
Te espero cuando amanece.
Te espero cuando la luna asoma.
Si pudiera te arrancaría y te echaría al olvido.
Pero despierto cada mañana
y descubro que mi corazón volvió a sangrarte.
